Esta desaceleración representa un alivio para millones de familias, ya que significa que el ritmo de aumento en los precios de productos y servicios se ha moderado
En julio de 2025, México registró una inflación anual de 3.51 %, su nivel más bajo en cinco años, lo que representa un verdadero respiro para millones de familias.
¿Qué significa esto en la vida diaria?
Que los precios de muchos productos básicos han dejado de subir tan rápido, y eso se traduce en compras más accesibles, menos presión en el gasto mensual y mejores oportunidades para ahorrar o invertir. Desde el jitomate hasta los créditos bancarios, los efectos ya se notan en el mercado y en los hogares.
Uno de los efectos más visibles es en la canasta básica, donde productos como el pollo, jitomate, aguacate y uva han registrado bajas de precio, lo que se traduce en compras más accesibles para los hogares. Aunque algunos alimentos como el huevo y la cebolla siguen al alza, el balance general favorece al consumidor, especialmente en mercados populares y supermercados.
Lee más: SAT lanza programa de Regularización Fiscal 2025 con condonación total de multas y recargos
La reducción de la inflación también influye en el poder adquisitivo. Cuando los precios suben más lentamente, el salario rinde más. Esto permite que las familias puedan ahorrar, invertir o destinar recursos a educación, salud o recreación sin que el gasto básico se descontrole.
En julio, la inflación bajó a 3.51 por ciento anual, de acuerdo con Inegi.
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) August 7, 2025
Factores como el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic), que mantiene estable el precio de la canasta básica, así como el acuerdo voluntario con gasolineros, contribuyen a esta importante… pic.twitter.com/OKSyGPW6Gi
Otro cambio importante es en el costo del crédito. Con la inflación bajo control, el Banco de México ha iniciado recortes graduales en la tasa de interés, lo que podría traducirse en créditos personales, hipotecarios y automotrices más accesibles. Esto beneficia tanto a consumidores como a pequeñas empresas que buscan financiamiento.
Además, la baja inflación genera confianza en el mercado, lo que puede atraer inversión nacional y extranjera. Esto se traduce en más empleos, mejores condiciones laborales y mayor dinamismo económico. Aunque la actividad sigue moderada, los indicadores muestran una tendencia positiva.
El Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), junto con acuerdos voluntarios con gasolineros, han sido clave para mantener estables los precios de productos esenciales como tortillas, leche, arroz y combustibles. Estas medidas han ayudado a contener presiones externas y proteger el bolsillo de los sectores más vulnerables.
Sin embargo, expertos advierten que aún hay riesgos, como la persistencia de la inflación en servicios y productos pecuarios, que siguen con aumentos por encima del promedio. Por ello, recomiendan mantener una política monetaria prudente y reforzar la vigilancia en sectores clave como transporte, educación y vivienda.