¡Mucho ojo!, te compartimos las palabras que pueden meterte en problemas si las escribes como concepto cuando transfieres
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha emitido una nueva advertencia a los contribuyentes: el uso de ciertas palabras en los conceptos de pago al hacer transferencias electrónicas podría activar alertas automáticas y derivar en revisiones fiscales. Aunque muchas veces se utilizan con fines humorísticos o sin intención dolosa, términos relacionados con actividades ilícitas están en la mira de los sistemas automatizados del fisco.
Esta medida forma parte de un programa más amplio que combina inteligencia artificial y análisis de datos para identificar operaciones sospechosas. En este contexto, instituciones bancarias como BBVA, Santander, HSBC y Citibanamex ya han comenzado a advertir a sus clientes sobre las implicaciones de usar palabras inadecuadas al momento de transferir dinero. La vigilancia no solo se centra en los montos, sino también en lo que se escribe en el campo “concepto”.
Expertos fiscales advierten que palabras como los nombres de sustancias o prácticas ilícitas; por ejemplo: “soborno”, “lavado”, “secuestro” o “fraude” pueden ser malinterpretadas por los sistemas del SAT, incluso si se escriben en tono de broma. Ingresar este tipo de términos al realizar una transferencia puede provocar bloqueos temporales, requerimientos de información o incluso auditorías, afectando directamente la reputación fiscal del usuario.
Por ello, la recomendación general es utilizar descripciones claras, precisas y verídicas. Frases como “pago de renta”, “reembolso de gastos”, “préstamo familiar” o “venta de computadora” son más seguras y ayudan a justificar fácilmente el origen y destino del dinero en caso de ser requerido. En la era de la fiscalización digital, cuidar los detalles es más importante que nunca.

El SAT ha reiterado que su objetivo no es sancionar de manera indiscriminada, sino fortalecer la transparencia y prevenir delitos como el lavado de dinero o la evasión fiscal. Por ello, exhorta a los contribuyentes a evitar caer en errores que puedan parecer inofensivos pero que, bajo análisis automatizado, resultan ser señales de riesgo.
Además de evitar palabras con connotaciones delictivas, también se aconseja verificar que las transferencias provengan de cuentas propias o de personas con vínculos comprobables, mantener un registro ordenado de las operaciones y conservar los comprobantes de pago. Estas buenas prácticas ayudan a mantener una relación fiscal saludable y a responder con claridad ante cualquier requerimiento.
Con un entorno fiscal cada vez más automatizado y riguroso, pequeños detalles como el concepto de una transferencia pueden marcar la diferencia. La recomendación es clara: sé cuidadoso con lo que escribes y evita que una simple palabra mal elegida se convierta en un dolor de cabeza con el SAT.
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