El fortalecimiento del peso también se enmarca en un entorno internacional complejo
Este jueves 9 de octubre, el peso mexicano registró una apreciación frente al dólar estadounidense, impulsado por el reporte de inflación correspondiente a septiembre y en espera de la publicación de la minuta de política monetaria del Banco de México (Banxico). El tipo de cambio spot se ubicó en 18.3120 unidades por dólar, lo que representa una mejora de 2.22 centavos o 0.12% respecto al cierre previo de 18.3342.
El movimiento positivo de la moneda nacional se da en un contexto de inflación contenida, aunque con un ligero repunte. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se aceleró a 3.76% interanual, cifra menor al 3.79% previsto por el mercado, mientras que el componente subyacente, que excluye alimentos y energéticos, se ubicó en 4.28%, en línea con las expectativas.
Este comportamiento refuerza la percepción de que Banxico podría continuar con su ciclo de recortes a la tasa de interés. En su reunión de septiembre, el banco central redujo la tasa clave por décima ocasión consecutiva, y en la minuta publicada hoy se abre la posibilidad de dos recortes adicionales de 25 puntos base, lo que llevaría la tasa a 7.0% al cierre de 2025.
En Estados Unidos, el cierre del gobierno federal se extiende por noveno día, lo que ha retrasado la publicación de indicadores clave como las nóminas no agrícolas y las solicitudes de desempleo, generando incertidumbre en los mercados.
A pesar de la volatilidad global, los analistas destacan que la economía mexicana muestra resiliencia ante presiones externas. La apreciación del peso contribuye a aliviar las presiones inflacionarias, mientras que la moderación en el gasto y el empleo en EE.UU. podría favorecer un entorno de menor tensión para México.
En este escenario, se espera que Banxico mantenga una postura cautelosa pero flexible, evaluando los riesgos internos y externos antes de tomar nuevas decisiones. La evolución del tipo de cambio y la inflación serán factores clave en los próximos meses para definir el rumbo de la política monetaria.
