Claudia Sheinbaum presume el logo y detalles de lo que será la primera flotilla de autos eléctricos mexicanos
En junio de 2026, México dará un paso clave hacia la movilidad sustentable con la presentación oficial de la primera flotilla piloto de Olinia, un mini vehículo eléctrico ultraligero diseñado y desarrollado completamente por talento nacional. Este avance es fruto de la colaboración entre la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación y algunas de las instituciones académicas más importantes del país, entre ellas el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Tecnológico Nacional de México (TecNM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El proyecto busca posicionar a México como un referente regional en innovación automotriz eléctrica. Su diseño final, que se dará a conocer en septiembre de este año, contempla características como bajo peso, capacidad para subir pendientes, recarga en enchufes domésticos y costos de operación inferiores a los de un automóvil a gasolina o incluso una motocicleta.
Uno de sus elementos distintivos será un alebrije en forma de liebre con alas, símbolo de inteligencia, adaptabilidad y dinamismo, que servirá como sello de calidad. De acuerdo con el coordinador del proyecto, Roberto Capuano, esta identidad cultural refuerza la visión de Olinia como un vehículo con sello mexicano y potencial de exportación.
Capuano destacó que la iniciativa no sólo pretende llegar al mercado, sino también reinvertir los ingresos en nuevos programas de innovación, impulsando así un ecosistema tecnológico sostenible.
Participación académica y tecnológica sin precedentes
El IPN tiene a su cargo tres de las seis áreas clave de desarrollo: el diseño exterior, el diseño interior y los sistemas embebidos, que son el software encargado de controlar y monitorear cada unidad. Además, la institución ha desarrollado el cargador del vehículo, la infraestructura de pruebas y un sistema integral de gestión de calidad.
Arturo Reyes Sandoval, director del IPN, recordó que la institución tiene antecedentes en electromovilidad desde 1973, cuando transformó un auto de combustión en uno eléctrico que circuló por una hora en la Ciudad de México. Para Olinia, el IPN también lidera el análisis de mercado y la planeación para una futura planta armadora, con un 90% de avance en su estrategia de negocios.
Por su parte, el TecNM participa con 20 institutos y 34 investigadores que han concentrado esfuerzos en Puebla, demostrando el alcance del compromiso académico con la independencia tecnológica. Su director, Ramón Jiménez López, destacó que se trata de una tarea de Estado que busca garantizar soberanía en ciencia y tecnología.
Esta colaboración interinstitucional demuestra que el desarrollo de movilidad eléctrica en México puede impulsarse desde la educación pública, integrando talento de distintas regiones y especialidades.
Compromiso gubernamental con la electromovilidad
La presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que el objetivo es entregar las primeras unidades a mediados de 2026 con un precio más bajo que cualquier modelo comercial similar. Además, reiteró que los vehículos deberán ser eléctricos, no contaminantes y adaptados al uso cotidiano en México, con la posibilidad de recargarse en cualquier toma doméstica.

El proyecto busca no sólo ser competitivo en términos económicos, sino también accesible para un amplio sector de la población. La meta es que Olinia represente una opción real para sustituir vehículos de combustión, reduciendo así las emisiones contaminantes y fomentando el uso de energías limpias.
Esta visión se enmarca en una estrategia nacional para que la movilidad eléctrica deje de ser un lujo y se convierta en una alternativa viable y económica. De lograrse, México podría posicionarse como un productor de soluciones de transporte sustentables y culturalmente únicas.
Un diseño con identidad mexicana
El alebrije con forma de liebre alada no es un simple adorno, sino un símbolo que comunica la filosofía del proyecto: agilidad, innovación y creatividad. Este distintivo pretende convertir a Olinia en un producto fácilmente reconocible, con una narrativa cultural que lo diferencie de la competencia internacional.
Los diseñadores también han puesto atención en que el vehículo sea ultraligero, lo que favorece su eficiencia energética y su facilidad de operación. Además, su tamaño compacto busca facilitar la movilidad en entornos urbanos con tráfico denso y espacios reducidos para estacionamiento.
Al incorporar un elemento cultural en su imagen, Olinia no sólo se proyecta como un desarrollo tecnológico, sino como una representación de la creatividad mexicana aplicada a la industria automotriz.
Proyección económica y de mercado
El IPN y otras instituciones participantes han realizado estudios de mercado que indican un potencial alto para este tipo de vehículos en zonas urbanas y suburbanas. El costo de operación, inferior incluso al de una motocicleta, es uno de los factores más atractivos para el consumidor final.
Asimismo, el modelo de producción contempla la creación de empleos especializados y cadenas de suministro locales, lo que podría generar beneficios económicos adicionales en las regiones donde se instalen plantas armadoras.
La posibilidad de exportar el modelo a otros países de América Latina también se ha planteado como una vía para fortalecer la presencia de México en el mercado automotriz eléctrico, especialmente en naciones con características de movilidad similares.
Olinia como proyecto de nación
Más que un producto, Olinia se plantea como un proyecto de nación en el que confluyen ingeniería, cultura y sostenibilidad. Su desarrollo busca marcar un precedente para futuros proyectos de movilidad eléctrica con sello mexicano.
Si bien aún falta menos de un año para que la primera flotilla vea la luz, la coordinación entre gobierno, academia e industria demuestra que México tiene la capacidad de generar innovación de alto nivel.
El reto será cumplir con los tiempos y garantizar que el precio, la calidad y el rendimiento cumplan con las expectativas de los consumidores. De lograrlo, Olinia podría convertirse en un caso de éxito que inspire a otros sectores a seguir el mismo camino.
Con esta iniciativa, México envía un mensaje claro: el futuro de la movilidad sustentable también puede escribirse en español y con identidad propia.
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