‘Las joyas desaparecerán’: Francia enfrenta una carrera contrarreloj para recuperar joyas imperiales robadas

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Tras el robo en el Museo del Louvre Francia enfrenta una carrera contrarreloj para recuperar joyas imperiales robadas

De acuerdo con reportes oficiales, los ladrones, armados con herramientas eléctricas, irrumpieron en la Galerie d’Apollon, una de las zonas más emblemáticas del museo, y sustrajeron en apenas siete minutos joyas que incluyen un collar de esmeraldas y diamantes regalado por Napoleón a su esposa María Luisa, además de una diadema con casi 2,000 diamantes que perteneció a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III. Tras el robo, los delincuentes huyeron en motocicletas, dejando una grúa de muebles estacionada frente al recinto.

El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, reconoció públicamente que hubo una falla en los protocolos de seguridad, al permitir que los asaltantes accedieran al edificio en pleno centro de París. “Hemos fallado; alguien pudo subir una grúa y llevarse joyas de valor incalculable”, declaró a medios franceses. El Louvre permanecerá cerrado mientras la policía analiza las grabaciones disponibles y revisa los sistemas de vigilancia, pues una tercera parte de las salas afectadas no contaban con cámaras activas.

Expertos en recuperación de arte señalan que las próximas horas son decisivas. Chris Marinello, director de Art Recovery International, advirtió que si los ladrones no son capturados en las siguientes 24 o 48 horas, las piezas podrían desaparecer para siempre. “Estas joyas podrían ser desmontadas, fundidas o vendidas por separado para ocultar su origen”, explicó el especialista, subrayando que su integridad histórica podría perderse de forma irreversible.

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‘Las joyas desaparecerán’: Francia enfrenta una carrera contrarreloj para recuperar joyas imperiales robadas. Foto: Pexels.

El robo se produjo entre las 9:30 y las 9:40 de la mañana, justo después de que el museo abriera sus puertas al público. Testigos afirmaron haber visto un camión con plataforma elevadora estacionado junto al río Sena, desde donde los ladrones accedieron por una ventana del primer piso. Una vez dentro, amenazaron a los guardias, rompieron vitrinas y sustrajeron las piezas. Al intentar huir, prendieron fuego a su vehículo, aunque un empleado logró evitar que el incendio se propagara.

El presidente Emmanuel Macron calificó el incidente como “un ataque directo al patrimonio francés”, mientras que legisladores y figuras culturales expresaron su indignación. Nathalie Goulet, miembro del Senado, lamentó que “la falta de mantenimiento y las fallas en las alarmas” hayan facilitado el robo, señalando que los responsables probablemente pertenecen a una red de delincuencia organizada. Los analistas temen que las joyas sean utilizadas para lavado de dinero internacional, dada la facilidad con la que las piedras preciosas pueden comercializarse.

Las autoridades han reforzado la seguridad en todos los museos e instituciones culturales del país, conscientes de la vulnerabilidad que el caso ha dejado en evidencia. Mientras tanto, Francia entera observa con preocupación la carrera contrarreloj de la policía por recuperar tesoros que representan siglos de historia y arte, piezas únicas cuya pérdida sería un golpe irreparable para la identidad cultural del país.