La Comisión Europea autorizó la adquisición de la firma italiana Versace por parte de Prada, tras concluir que la operación no plantea problemas de competencia en el mercado del lujo
La Comisión Europea dio luz verde a la adquisición de la firma italiana Versace por parte de Prada, tras concluir que la operación no representa riesgos para la competencia en el mercado del lujo. El análisis se realizó bajo el procedimiento simplificado de revisión de concentraciones, dada la limitada cuota de mercado que ambas compañías poseen en el sector.
Prada había anunciado en abril la compra del 100% de Versace, propiedad del grupo estadounidense Capri Holdings, por un monto de 1,250 millones de euros (equivalente a 1,465 millones de dólares). Esta operación busca consolidar un nuevo gigante del lujo italiano, capaz de competir con grupos como LVMH y Kering.
La fusión entre estas dos icónicas casas de moda dará lugar a una empresa con una facturación estimada superior a los 7,000 millones de dólares. Este nuevo grupo fortalecerá la presencia de Italia en el mercado global del lujo, en un contexto de incertidumbre económica que ha afectado al sector.
La Comisión Europea señaló que la operación se centra principalmente en el diseño, fabricación y distribución de artículos de lujo, y que no se prevén efectos negativos en la competencia, debido a la estructura actual del mercado y la posición relativa de ambas marcas.
Donatella Versace, quien asumió la dirección creativa de la firma tras el asesinato de su hermano Gianni en 1997, anunció su salida poco antes de concretarse la adquisición. Su lugar será ocupado por Dario Vitale, diseñador proveniente del grupo Prada, lo que marca un nuevo rumbo creativo para la marca.
Prada, que también es propietaria de Miu Miu, una marca reconocida por su estilo joven y transgresor, espera cerrar oficialmente la compra antes de que finalice el año. La integración de Versace permitirá ampliar su portafolio con una de las casas de moda más emblemáticas del mundo.
La operación representa una oportunidad para revitalizar Versace, que no logró una recuperación sostenida bajo la gestión de Capri Holdings. Con el respaldo de Prada, se espera que la marca recupere fuerza en el mercado, manteniendo su legado de diseño audaz y sofisticado.



