¿Es el mejor momento?, te aconsejamos si es buena idea ahorrar o endeudarse en estos momentos
La inflación en México dio un respiro en junio, al situarse en 4.32 % anual, por debajo del 4.42 % registrado en mayo, según el INEGI. Este descenso, aunque moderado, abre una ventana de oportunidad para replantear las finanzas personales y decidir si es momento de endeudarse, invertir o ahorrar a plazo fijo.
Más allá de las cifras técnicas, la baja en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) impacta directamente en el bolsillo. Las tasas de interés, el costo del crédito y el rendimiento de las inversiones están íntimamente ligados a la inflación, por lo que conviene entender cómo aprovechar este escenario.
Por eso, especialistas recomiendan analizar detenidamente las alternativas antes de tomar una decisión. Aquí te explicamos las implicaciones de este ciclo económico en tu vida financiera y cómo puedes sacar ventaja.
¿Qué significa la inflación y por qué importa para tus finanzas?
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios. Cuando es alta, el dinero pierde poder adquisitivo, mientras que si baja, como ahora, el alza de precios se modera, aunque no implica que los precios bajen en sí mismos.

El descenso de la inflación indica que el costo de vida crece más lentamente, lo que se traduce en mejores condiciones para planificar tus finanzas. Aquí es donde entra la pregunta: ¿conviene endeudarse ahora o esperar?
Si la inflación baja, es probable que el Banco de México (Banxico) reduzca su tasa de interés, lo que hace más baratos los créditos. Este año, Banxico ha recortado su tasa en varias ocasiones por la desaceleración económica y la estabilidad del peso.
Sin embargo, endeudarse sin planificación sigue siendo riesgoso. Si vas a adquirir deuda, que sea para algo productivo, como una vivienda, un negocio o una inversión en educación.
Endeudarse con tasas más bajas: una oportunidad con cautela
Con las recientes bajas en la tasa de referencia de Banxico, las hipotecas, préstamos personales y tarjetas de crédito podrían ofrecer mejores condiciones. Pero eso no significa que debas endeudarte “a ciegas”.
Las tasas más bajas son ideales para quienes ya planeaban un gasto importante y tienen capacidad de pago suficiente. No caigas en la tentación de comprometerte con una deuda solo por la facilidad aparente de los pagos.
Si tienes deudas con tasa variable, este es un buen momento para refinanciar o migrar a una tasa fija, que te protege de posibles incrementos futuros. Muchas instituciones ofrecen este cambio sin penalizaciones.
También puedes consolidar deudas, es decir, unir varias en una sola con mejores condiciones. Solo asegúrate de que efectivamente resulte más económico.
¿Es mejor ahorrar? Alternativas con rendimientos reales
Si prefieres no endeudarte, la baja inflación también beneficia al ahorro y la inversión. Al subir menos los precios, los rendimientos reales (descontando la inflación) mejoran, lo que hace atractivos instrumentos como Cetes y pagarés bancarios.
Actualmente, los Cetes ofrecen entre 7.65 % y 8.33 % anual, dependiendo del plazo, mientras que algunos pagarés y cuentas de inversión superan el 9 %. Esto significa que puedes obtener rendimientos reales cercanos al 4.7 %, después de descontar la inflación.
El ahorro a plazo fijo es recomendable si buscas certeza y estabilidad. Puedes elegir productos protegidos por el IPAB o fintechs reguladas con atractivas tasas y condiciones flexibles.
Antes de invertir, revisa las comisiones, la disponibilidad del dinero y asegúrate de que el producto esté respaldado para no correr riesgos innecesarios.
Refinanciar, consolidar y planear a largo plazo
Si ya tienes deudas, este entorno puede ayudarte a mejorar tus condiciones financieras. Refinanciar créditos con tasa variable o consolidar varias deudas en una sola son opciones válidas, siempre y cuando la nueva tasa sea menor y te permita pagar con comodidad.
Además, si ya planeas una compra grande, puedes aprovechar los créditos más baratos para financiarla. Solo evita adquirir deudas por impulso o para bienes que no generen valor, como productos de consumo innecesario.
Las instituciones financieras suelen tener planes de retención que te ofrecen mejores condiciones al refinanciar. Pregunta siempre por las opciones disponibles y no olvides leer la letra pequeña.
Planear a largo plazo te permite aprovechar ciclos económicos como este sin poner en riesgo tu estabilidad financiera.
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