Como la mayoría de los empleados eran funcionarios y no podían ser despedidos, los altos mandos optaron por deteriorar las condiciones laborales para forzar renuncias.
París, Francia.- A principios de este año, el Supremo francés confirmó una sentencia sin precedentes contra exdirectivos de France Télécom (actual grupo Orange), al considerar que dentro de la empresa se produjo acoso institucional durante un proceso de reestructuración que dejó profundas secuelas humanas.
El tribunal analizó 39 casos de empleados, de los cuales 19 se suicidaron y 12 más lo intentaron, mientras que otros sufrieron depresiones severas que les impidieron continuar trabajando. La causa: una política empresarial agresiva que buscaba reducir 22.000 puestos de una plantilla de 120.000 trabajadores, en medio de una crisis financiera que acumulaba miles de millones de euros en deuda.
Como la mayoría de los empleados eran funcionarios y no podían ser despedidos, los altos mandos optaron por deteriorar las condiciones laborales para forzar renuncias. Según la sentencia, el entonces CEO Didier Lombard llegó a declarar que los trabajadores saldrían “por la ventana o la puerta”.
Entre las prácticas denunciadas se encuentran:
Reubicaciones forzadas a ciudades lejanas sin previo aviso ni negociación
Aislamiento laboral y degradación de funciones
Presión sistemática para abandonar la empresa
El Supremo francés ratificó la condena de un año de cárcel y una multa de 15.000 euros para Lombard y su segundo al mando, Louis-Pierre Wenès. Otros exdirectivos también recibieron sanciones, y la empresa fue condenada a pagar 75.000 euros por su responsabilidad institucional.



