Este sencillo gesto con el dinero es común entre las personas más felices y tranquilas, según un estudio
La relación entre el bienestar emocional y las finanzas personales es más estrecha de lo que muchos imaginan. De acuerdo con una investigación publicada en la revista estadounidense Stress and Health, las personas más felices y tranquilas tienden a mantener hábitos financieros saludables, como ahorrar de forma regular y pagar sus deudas puntualmente. Este descubrimiento confirma que una buena gestión del dinero también influye en la calidad de vida.
El estudio, realizado con más de 20,000 participantes, encontró que quienes administran su dinero de manera ordenada presentan niveles más bajos de ansiedad y estrés. Lejos de depender únicamente del nivel de ingresos, los resultados sugieren que lo que realmente importa es la disciplina financiera y la constancia en estos hábitos.
La publicación subraya que incluso pequeños incrementos en el ahorro mensual pueden mejorar la salud mental, pues generan una mayor sensación de seguridad. Por el contrario, un uso excesivo de tarjetas de crédito y la acumulación de deudas se asocian con mayores niveles de tensión.
Este hallazgo pone de relieve la importancia de planificar las finanzas y de mantener un equilibrio entre los gastos y el ingreso, para vivir con mayor tranquilidad y bienestar emocional.

Ahorrar es señal de calma
De acuerdo con los autores de la investigación, ahorrar no sólo tiene un beneficio económico, sino que también impacta directamente en la percepción de control sobre la propia vida. Así, las personas con hábitos financieros ordenados tienden a manejar mejor el estrés diario.
Laura Bogart, especialista en finanzas personales, explica que el ahorro, sin importar su cantidad, contribuye a fortalecer la resiliencia emocional, porque da seguridad frente a posibles imprevistos. “Ahorrar es una forma de tranquilidad”, resume la experta.
La investigación señala que este patrón se mantiene en distintos grupos de edad y niveles socioeconómicos. Incluso quienes cuentan con ingresos modestos reportaron mayor satisfacción y menor ansiedad cuando tenían un fondo de emergencia y una rutina de ahorro.
En contraste, el uso intensivo de tarjetas de crédito para cubrir necesidades cotidianas se relacionó con una sensación de inseguridad y preocupación constante, agravando el malestar emocional.
Fondos de emergencia: clave para la estabilidad
Uno de los hábitos más importantes que identificó el estudio fue la creación de un fondo de emergencia. Este ahorro destinado exclusivamente a enfrentar imprevistos permite reducir significativamente la incertidumbre y mejorar la calidad de vida.
Bogart enfatiza que contar con más de una fuente de ingresos, aprender continuamente sobre finanzas y pensar a largo plazo son características recurrentes entre quienes logran estabilidad emocional y financiera.
Las metas económicas claras y realistas también ayudan a mantener el enfoque y a disminuir la ansiedad. Al saber hacia dónde se dirigen sus recursos, las personas se sienten más tranquilas y confiadas en sus decisiones.
Estos hábitos, aunque sencillos, requieren disciplina y constancia. La recompensa, de acuerdo con la investigación, es un mayor bienestar emocional y una vida más estable.
La tranquilidad no depende del dinero, sino de cómo se usa
El estudio enfatiza que la felicidad y la calma no dependen exclusivamente de tener más dinero, sino de cómo se gestiona. Las personas con ingresos modestos, pero organizadas y previsores, reportaron niveles de bienestar comparables, o incluso superiores, quienes ganan más, pero carecen de hábitos financieros saludables.
Planificar los gastos, pagar las deudas en tiempo y forma, y evitar el sobreendeudamiento son acciones que contribuyen a una mayor paz mental. “Gestionar los ingresos y los gastos con racionalidad permite vivir con menos estrés y con más seguridad”, señala la investigación.
Así, la clave no está en cuánto se gana, sino en el equilibrio entre lo que se ingresa, se ahorra y se gasta. Esto permite tener mayor control sobre la vida y afrontar situaciones difíciles con más serenidad.
Al final, la relación entre el dinero y la felicidad no es un mito, pero sí es más compleja de lo que parece. Este estudio demuestra que los pequeños gestos financieros diarios, como ahorrar o planificar los gastos, pueden marcar una gran diferencia en el bienestar emocional.
Un llamado a la educación financiera
Finalmente, los autores del estudio hacen un llamado a promover la educación financiera como una herramienta fundamental para el bienestar emocional. Aprender a manejar el dinero no solo ayuda a mejorar la economía personal, sino que también contribuye a una vida más tranquila y feliz.
Invertir tiempo en adquirir conocimientos básicos de finanzas, establecer metas claras y construir hábitos de ahorro son pasos sencillos y al alcance de todos. Esta educación permite tomar decisiones más conscientes y evitar el estrés que genera la incertidumbre económica.
En conclusión, la tranquilidad y la felicidad no están ligadas únicamente al nivel de ingresos, sino a la manera en que cada persona gestiona sus recursos. Con pequeños cambios en la forma de administrar el dinero, es posible vivir con mayor seguridad y bienestar.
La investigación de Stress and Health confirma que cuidar las finanzas personales no sólo mejora las cuentas bancarias, sino también la calidad de vida emocional, convirtiéndose en un hábito indispensable para quienes buscan mayor estabilidad y felicidad.
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