Las medidas incluyen restricciones a vuelos y la posible cancelación de la alianza Delta-Aeroméxico, lo que podría afectar a miles de pasajeros y al turismo bilateral
Estados Unidos lanzó una advertencia directa al gobierno mexicano: si no se revierten los cambios en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), podrían vetar vuelos desde México y cancelar la alianza entre Delta y Aeroméxico. El conflicto surge por decisiones tomadas desde 2022, cuando México redujo horarios de vuelo y obligó a aerolíneas de carga a mudarse al aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), lo que Washington considera una violación al acuerdo comercial bilateral.
El Departamento de Transporte de EE UU acusa a México de dar ventajas injustas a sus aerolíneas, afectando la competencia. Como represalia, exige que todas las aerolíneas mexicanas presenten sus horarios de vuelo para aprobación y advierte que, a partir de octubre, cualquier vuelo chárter necesitará permiso especial. Además, se plantea revocar la alianza Delta-Aeroméxico, que conecta a miles de pasajeros entre ambos países.
La presidenta Claudia Sheinbaum respondió que no hay motivos técnicos para restringir vuelos y pidió diálogo. Defendió que las medidas tomadas en el AICM buscan mejorar la seguridad y eficiencia del sistema aeroportuario. Sin embargo, el gobierno estadounidense insiste en que México no ha cumplido con sus compromisos y que las aerolíneas norteamericanas enfrentan costos millonarios por los cambios.
Expertos advierten que esta disputa podría afectar gravemente la conectividad aérea entre ambos países. Si se cancelan vuelos o alianzas, se estima que más de 230 mil viajeros dejarían de cruzar la frontera, impactando el turismo, el comercio y el empleo. La industria aérea mexicana cerró filas en defensa del gobierno, mientras se espera una negociación urgente para evitar que la tensión escale.
Este nuevo frente comercial se suma a otros conflictos entre México y EE UU, como los aranceles al jitomate y las disputas por migración. La clave estará en sí ambos gobiernos logran encontrar una solución técnica que evite sanciones y proteja la conectividad aérea, vital para millones de personas y para la economía binacional.