Claudia Sheinbaum, Donald Trump y Mark Carney sostuvieron una reunión trilateral que, aunque breve, marcó un nuevo impulso en la relación entre México, Estados Unidos y Canadá.
El sorteo mundialista rumbo al 2026, celebrado en Washington, no solo definió partidos y sedes, sino que también abrió espacio para un encuentro diplomático de alto nivel. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, aprovecharon la ocasión para reunirse en un ambiente cordial y positivo.
Lo que comenzó como una celebración deportiva se transformó en un escaparate político. Los tres líderes coincidieron en que la Copa Mundial representa una oportunidad única para fortalecer la cooperación regional, no solo en materia deportiva, sino también en comercio y desarrollo económico.
Sheinbaum destacó que la reunión fue “muy positiva” y subrayó que, aunque no se abordó de manera directa la revisión del T-MEC, sí se acordó mantener un diálogo constante para impulsar la relación trilateral. “Lo importante es que seguimos trabajando juntos”, expresó la mandataria mexicana.
En visita a Washington, Estados Unidos, destacamos que México es un país extraordinario, mágico. Mantenemos una muy buena relación con Estados Unidos y Canadá en beneficio de nuestras naciones y nuestros pueblos. pic.twitter.com/jm9zSMhaoE
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) December 6, 2025
Por su parte, Donald Trump aprovechó el momento para anunciar que la coordinación entre los tres países será clave en temas de comercio y cooperación regional. El mandatario estadounidense incluso recibió el recién creado Premio de la Paz de la FIFA, lo que añadió un matiz simbólico al encuentro.
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Mark Carney, primer ministro canadiense, resaltó la importancia de que el Mundial 2026 —que se jugará en los tres países— sea también un motor de integración económica y cultural. Según su equipo, la reunión reafirmó la voluntad de Canadá de mantener una relación sólida con sus socios del T-MEC.
Más allá de los discursos, el encuentro trilateral envió un mensaje de unidad en un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y desafíos globales. La imagen de los tres líderes juntos, tras el sorteo, fue interpretada como un “gol diplomático” que refuerza la idea de Norteamérica como bloque estratégico.



