Despachos de cobranza: lo que sí pueden hacer y cómo protegerte ante excesos

Cobranza

¿Haz sufrido por los excesos de un despacho de cobranza?, te compartimos cómo deben actuar y qué no deben hacer

Ante el crecimiento del crédito al consumo y el sobreendeudamiento, este tipo de despachos se ha vuelto una herramienta habitual para recuperar carteras vencidas. Su función puede ir desde recordar el pago hasta negociar reestructuras, siempre bajo parámetros legales establecidos por la Profeco y otras autoridades.

Sin embargo, no están exentos de controversia. Usuarios han reportado prácticas agresivas como llamadas intimidatorias, amenazas y uso indebido de datos personales. Por ello, las instituciones han reforzado la regulación para garantizar una cobranza respetuosa y transparente.

Actuar informado es la mejor defensa: si bien una deuda no desaparece, eso no da derecho a los despachos a vulnerar la privacidad o ejercer presión indebida sobre los deudores.

Despachos de cobranza: lo que sí pueden hacer y cómo protegerte ante excesos. Foto: Pexels.
Información obligatoria desde el primer contacto

Cuando un despacho de cobranza te contacta, tiene la obligación de identificar claramente su relación con la empresa acreedora y demostrar la existencia del adeudo. Esto incluye datos como el nombre del acreedor, monto total, desglose de intereses y comisiones, y constancia formal del encargo.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) establece que todo cobrador debe brindar claridad sobre los conceptos que integran la deuda. No basta con un número general; deben desglosar el capital, los intereses ordinarios y moratorios, además de cualquier cargo extra.

También tienen la facultad de ofrecer alternativas como convenios de pago o descuentos por pronto pago. Si aceptas una negociación, deben entregarte por escrito los términos y condiciones acordados, y una vez liquidada la deuda, deben darte la carta finiquito.

Limitaciones claras para evitar abusos

Aunque los despachos pueden contactarte por teléfono o acudir a tu domicilio, la ley marca horarios y límites. Solo pueden hacerlo entre las 7:00 de la mañana y las 10:00 de la noche, y deben dirigirse exclusivamente al deudor o a quienes estén obligados solidariamente al pago.

Está prohibido contactar a familiares, vecinos o empleadores para presionar el cobro. Tampoco pueden dejar carteles, enviar correspondencia con leyendas alusivas a la deuda, ni hacer públicas las obligaciones financieras del deudor.

Además, los despachos de cobranza no pueden hacerse pasar por autoridades judiciales ni utilizar documentos que aparenten ser de un juzgado. Su papel es extrajudicial, y bajo ninguna circunstancia tienen la facultad para embargar o amenazar con prisión.

Otro punto clave es que no pueden recibir directamente pagos en efectivo. Toda liquidación debe hacerse a través de los canales autorizados por la empresa acreedora, como bancos o portales oficiales.

Redeco y la supervisión financiera

Para las instituciones reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), como bancos o Sofipos, los despachos de cobranza deben estar inscritos en el Registro de Despachos de Cobranza (Redeco). Este padrón permite al consumidor verificar la autenticidad del despacho que lo contacta.

En este registro público disponible en línea, puedes consultar el nombre del despacho, la entidad para la que trabaja, y si ha tenido quejas previas. Es una herramienta útil para confirmar que la gestión de cobro es legítima.

Además, el hecho de estar registrados obliga a estos despachos a cumplir con un código de ética y lineamientos claros sobre cómo actuar ante los deudores. El incumplimiento puede ser sancionado por las autoridades financieras.

Si bien Redeco solo aplica para deudas con instituciones financieras, establece un precedente sobre cómo debe ejercerse la cobranza sin vulnerar derechos ni abusar de la situación del deudor.

¿A quién acudir si hay una queja?

En caso de sentirte acosado o vulnerado por un despacho de cobranza, existen dos instancias clave para levantar una queja. Si tu deuda es con una tienda departamental, empresa de cable o telecomunicaciones, debes dirigirte a la Profeco.

En cambio, si se trata de un crédito bancario, un préstamo de nómina o cualquier otra relación con una entidad financiera, la instancia correspondiente es la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Ambas dependencias cuentan con canales digitales y telefónicos para recibir quejas, así como la posibilidad de agendar audiencias conciliatorias con las partes involucradas. También ofrecen asesoría gratuita para saber cómo actuar en cada caso.

No estás solo ante un proceso de cobranza. Si crees que se han vulnerado tus derechos, la denuncia puede evitar que otros sufran prácticas similares.