La revisión oficial del tratado comenzará en enero de 2026 y concluirá en julio del mismo año, conforme a lo establecido en el acuerdo original
El gobierno de México se encuentra en proceso de revisión de más de 50 barreras no arancelarias que Estados Unidos ha planteado como obstáculos al comercio bilateral. Estas medidas, que no implican impuestos directos, incluyen trámites burocráticos, regulaciones técnicas, tiempos de respuesta en procedimientos y preocupaciones sobre órganos reguladores como la Comisión Antimonopolio. El objetivo es resolver o aclarar estos puntos antes de noviembre, fecha en que concluye la prórroga arancelaria acordada entre ambos países.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, explicó que estas barreras no han sido presentadas como exigencias por parte de Estados Unidos, sino como temas de preocupación que podrían entorpecer la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Según el funcionario, el diálogo ha avanzado de forma positiva y se espera que muchas de estas observaciones se resuelvan en los próximos meses, lo que facilitaría el proceso de evaluación del acuerdo comercial.
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Las consultas formales entre los tres países iniciarán en octubre y se extenderán hasta diciembre. Durante este periodo, cada nación presentará su evaluación sectorial sobre el desempeño del T-MEC y propondrá ajustes. La revisión oficial del tratado comenzará en enero de 2026 y concluirá en julio del mismo año, conforme a lo establecido en el acuerdo original. México también ha presentado su propia lista de preocupaciones comerciales, entre las que destacan los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero, aluminio y productos de la industria automotriz.
Ebrard señaló que estos puntos serán parte de las negociaciones, ya que afectan directamente la competitividad de las exportaciones mexicanas y el equilibrio comercial entre ambos países. La presidenta Claudia Sheinbaum ha respaldado este proceso de revisión, destacando que se trata de un ejercicio técnico y político que busca fortalecer la relación comercial sin comprometer la soberanía nacional. En conferencia de prensa, Sheinbaum mencionó que México también ha planteado temas como los aranceles al jitomate y el cierre de la frontera a la exportación de ganado, los cuales considera injustificados y ajenos al tratado comercial.
Ya de regreso de Washington y Nueva York. Tuvimos diálogo fructífero con Howard Lutnick, Secretario de Comercio y con Jamieson Greer de USTR.Tambien visitamos la Cámara de Representantes.En NYC tuve oportunidad de encontrarme con fondos de inversión. Avanzamos. pic.twitter.com/cVBawyc2Lc
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) September 5, 2025
Expertos en comercio internacional señalan que las barreras no arancelarias pueden tener un impacto igual o mayor que los aranceles, ya que dificultan el acceso de productos mexicanos al mercado estadounidense. Entre los ejemplos más comunes están los retrasos en registros sanitarios, requisitos técnicos excesivos y normas de etiquetado que varían entre estados. Resolver estos puntos podría mejorar significativamente el flujo comercial entre ambos países.
Ebrard ha subrayado que el 84 % de las exportaciones mexicanas ya no están sujetas a aranceles, lo que representa un avance importante en la relación bilateral. Sin embargo, el restante 16 % incluye sectores estratégicos que requieren atención urgente. La revisión del T-MEC será clave para garantizar que México mantenga su posición como principal socio comercial de Estados Unidos, superando incluso a países como China y Alemania. En los próximos meses, se espera que las mesas técnicas continúen trabajando en la resolución de estas barreras. El gobierno mexicano ha reiterado su disposición al diálogo, siempre bajo principios de reciprocidad y respeto mutuo.