Los debates sobre el salario mínimo 2026 están abiertos: los trabajadores están a expectativa de lo que sucederá
A unas semanas de concluir el año, la discusión sobre el salario mínimo en México vuelve a tomar relevancia y polariza posiciones entre el sector empresarial y los representantes del trabajo. La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) ya abrió oficialmente la negociación para definir el incremento de 2026, y todo apunta a que podría tratarse de uno de los ajustes más significativos de la última década.
Mientras el Gobierno federal, el sector patronal y los sindicatos analizan los escenarios, dos rutas dominan la conversación: un aumento moderado, similar al aprobado para 2025, o un salto mayor impulsado por el sector obrero que busca revertir décadas de pérdida en el poder adquisitivo.
La discusión se desarrolla bajo un contexto económico complejo, marcado por la inflación, el costo de vida y el impacto que un incremento sustancial podría generar en empleos, empresas y familias.
Aun así, la negociación avanza con la intención de cerrar cifras durante la primera semana de diciembre, como dicta la tradición de Conasami.
Las primeras propuestas para el salario mínimo en 2026
El punto de partida se colocó en un rango que parecía razonable para mantener el ritmo de recuperación salarial: entre 11% y 12%, cifra similar al ajuste aprobado para 2025. Con este aumento, el salario mínimo general alcanzaría $312.25 pesos diarios, y el ingreso mensual se ubicaría alrededor de $9,367 pesos.
En la Zona Libre de la Frontera Norte, este mismo porcentaje dejaría el sueldo diario en $470.26 pesos, equivalente a $14,107.80 pesos al mes. Estas cifras permiten continuidad, aunque sin cambios estructurales profundos respecto a la meta fijada para 2030.
Sin embargo, dentro del sector trabajador, la percepción es distinta. Representantes sindicales consideran que esos números ya no responden a las necesidades actuales ni a la pérdida acumulada del ingreso desde hace varias décadas.
Es por ello que surgió una propuesta más ambiciosa: un aumento de 30.6%, presentado por el abogado Alejandro Avilés, miembro de la UNT y representante obrero ante Conasami.

El argumento detrás del aumento del 30.6%
De acuerdo con Avilés, el incremento planteado busca adelantar un objetivo fijado por el propio Gobierno federal: que el salario mínimo permita comprar 2.5 canastas básicas antes de 2030. Para el sector obrero, este planteamiento puede alcanzarse desde 2026.
El representante recordó que el país acumula 50 años de deterioro salarial, y que el incremento propuesto no sería exagerado, sino una “corrección histórica”. La intención es que el ingreso mínimo recupere el poder adquisitivo de 1976, uno de los últimos momentos en que el salario logró cubrir ampliamente las necesidades básicas.
Según los cálculos del sector, una subida de 30.6% permitiría acercarse a la llamada “línea de bienestar familiar”, reduciendo la brecha entre el costo de vida actual y el salario formal.
Además, daría fuerza a la estrategia que busca no solo recuperar, sino estabilizar el ingreso de millones de trabajadoras y trabajadores.
¿Qué pasará con el MIR? El punto más polémico de la negociación
La propuesta obrera también incluye la eliminación total del Monto Independiente de Recuperación (MIR), un instrumento aplicado desde 2017 para fortalecer el ingreso sin generar presiones inflacionarias inmediatas. Sin embargo, el sector trabajador considera que este mecanismo ya cumplió su objetivo.
De acuerdo con sus representantes, el MIR podría limitar el impacto real del aumento en los contratos colectivos, especialmente en un año clave para la recuperación salarial. Afirman que, en la práctica, el MIR se ha convertido en una herramienta que frena incrementos en negociaciones laborales.
Ante este escenario, solicitan su eliminación o, al menos, reducirlo por debajo del 5.5%, su nivel actual. La intención es que cualquier incremento aprobado sea “directo y real”, sin filtros que reduzcan su alcance.
Este planteamiento se ha convertido en uno de los temas más debatidos dentro de Conasami, ya que podría modificar la operación de futuros ajustes salariales.
La propuesta de la UNT: un aumento del 20% para 2026
De forma paralela, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) presentó una alternativa intermedia: un aumento directo del 20% al salario mínimo y la eliminación del MIR. Su propuesta se basa en la inflación acumulada desde 2018 y una comparación internacional entre los salarios mínimos de países pertenecientes a la OCDE.
Para la UNT, mantener el MIR distorsiona la percepción del incremento real y dificulta que el ajuste se refleje en negociaciones formales dentro de empresas y sindicatos. Su idea es que el salario mínimo mantenga su tendencia ascendente sin depender de mecanismos extraordinarios.
Un aumento del 20% colocaría el ingreso mensual por encima de $10,300 pesos, un nivel más cercano a la línea de bienestar, aunque aún insuficiente para cubrir 2.5 canastas básicas.
Aun así, esta opción se percibe como un punto medio entre lo que solicitan los trabajadores y lo que las empresas consideran viable.
¿Cuándo se sabrá el aumento al salario mínimo 2026?
Como cada año, Conasami prepara el anuncio del nuevo salario en los primeros días de diciembre. Así ocurrió en 2023 y 2024, cuando las resoluciones se dieron a conocer el 1 y 4 de diciembre, respectivamente.
Si el calendario se repite, el aumento para 2026 se publicará durante la primera semana de diciembre, en un evento que definirá el ingreso base de millones de personas.
Para trabajadores y empleadores, la decisión marcará el rumbo económico del próximo año y podría establecer un precedente sobre cómo se abordará la recuperación salarial en México rumbo a 2030.
Mientras tanto, los sectores involucrados afinan los argumentos que llevarán a la mesa para defender sus posturas.
¿Qué significan las propuestas para el bolsillo de los trabajadores?
Para comprender el impacto real en los ingresos, es necesario analizar cómo se verían reflejadas las tres propuestas en el salario mensual. El escenario moderado, con un aumento del 12%, dejaría el sueldo en $9,367 pesos, manteniendo la ruta gradual hacia 2030.
La propuesta del 20%, impulsada por la UNT, colocaría el salario mínimo por encima de los $10,300 pesos, acercándolo un poco más al costo de vida actual, aunque sin cubrir completamente una canasta familiar ampliada.
El incremento del 30.6% sería el más alto de los últimos 40 años y permitiría alcanzar la compra de 2.5 canastas básicas, un objetivo que los trabajadores consideran urgente y necesario. Sin embargo, este escenario genera preocupación en el sector empresarial por su posible impacto inflacionario.
La decisión final definirá no solo el ingreso de 2026, sino también la dirección de la política salarial mexicana para los próximos años.
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