El salario de Claudia Sheinbaum como presidenta: sin aumentos durante su mandato
Durante su gestión al frente de la presidencia de México, Claudia Sheinbaum Pardo ha dejado claro que no habrá incrementos salariales para ella ni para su gabinete. En una conferencia de prensa desde Palacio Nacional, la mandataria manifestó su decisión firme de mantener sin aumentos el salario de todos los funcionarios públicos de alto nivel durante los seis años que durará su administración. Este anuncio buscaba transmitir austeridad y responsabilidad en el uso de recursos públicos.
El monto de su salario estaba contemplado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, donde también se establecían las prestaciones legales que le correspondían. Sheinbaum reiteró que no habría aumentos ni en términos reales ni nominales para su persona ni para todos los miembros de su equipo, manteniendo así un control estricto sobre el gasto público.
De acuerdo con el decreto aprobado para el presupuesto de 2025, la presidenta percibió un sueldo mensual neto de 134 mil 290 pesos. Además, se le asignaron prestaciones que alcanzaban un total aproximado de 575 mil pesos anuales. Estas prestaciones incluían ayudas específicas como despensa, primas quincenales, aguinaldo, y aportaciones a seguridad social, entre otras.
En términos anuales, el salario bruto de Sheinbaum ascendió a 2 millones 877 mil 510 pesos, mientras que las prestaciones sumaron 575 mil 364 pesos. Entre las partidas destacadas estaban 86 mil 662 pesos para seguridad social, 17 mil 656 en prima vacacional, 105 mil 328 en aguinaldo, y cerca de 36 mil pesos para seguro de vida institucional. Estos montos reflejaron el paquete completo de compensaciones que recibió como jefa del Ejecutivo federal.
Además de su salario, el Presupuesto de Egresos de la Federación contempló recortes significativos en otras áreas, como en la Secretaría de la Defensa Nacional, cuyo presupuesto se redujo casi un 44% respecto a 2024. En contraste, Claudia Sheinbaum aseguró que no habría recortes en el sector salud, que mantuvo una asignación importante, aunque sí se ajustaron los recursos para universidades públicas como la UNAM y el IPN.

Así, durante todo su mandato, la presidenta mantuvo una política de austeridad en materia salarial, buscando dar un ejemplo en la administración pública y priorizando la inversión en áreas estratégicas para el país. Esta postura fue un símbolo claro de su compromiso con la responsabilidad fiscal y la transparencia en el uso de los recursos públicos.
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