El dólar cerró el año en 20.73 pesos, con un promedio anual de 18.36. Fue un año de volatilidad, con mínimos de 16.26 y máximos de 20.83
Durante el tránsito de 2024 a 2025, el tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el peso mexicano mostró una transformación significativa.
Mientras en 2024 el dólar cerró en torno a los 20.73 pesos, en 2025 se ubicó en 18.18 pesos, y hoy, 12 de diciembre de 2025, cotiza HOY en 18.01 pesos. Esta apreciación del peso frente al dólar refleja un conjunto de factores económicos y políticos que han alterado la dinámica cambiaria en la región.
Uno de los principales problemas que ha llevado a la caída del dólar es la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. Tras varios años de incrementos en las tasas de interés para contener la inflación, en 2025 se iniciaron recortes que redujeron la rentabilidad de mantener dólares. Esto provocó una salida de capitales hacia mercados emergentes, donde las tasas de interés se mantuvieron más atractivas, beneficiando directamente al peso mexicano.
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En paralelo, la economía mexicana mostró signos de estabilidad y disciplina fiscal. El Banco de México mantuvo una política monetaria restrictiva durante gran parte de 2024 y 2025, lo que fortaleció la confianza en la moneda nacional. La inflación, aunque persistente en algunos rubros, se mantuvo bajo control en comparación con otros países de la región, lo que reforzó la percepción de solidez del peso frente al dólar.
Otro factor clave fue el dinamismo de las exportaciones mexicanas y el flujo constante de remesas. El sector manufacturero y automotriz mantuvo un desempeño positivo, mientras que las remesas alcanzaron cifras récord, generando un ingreso constante de dólares al país. Este exceso de divisas contribuyó a la apreciación del peso, al aumentar la oferta de dólares en el mercado cambiario.
Finalmente, la incertidumbre política y económica en Estados Unidos, marcada por tensiones comerciales y debates fiscales, debilitó la confianza internacional en el dólar. En contraste, México logró proyectar estabilidad institucional y un entorno favorable para la inversión extranjera, lo que reforzó la demanda por activos denominados en pesos.
