Cómo ahorrar si ganas el salario mínimo

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Aunque suene complicado, ¡es posible!; te compartimos cómo tener un ‘colchón’ de ahorro si se gana el salario mínimo

De acuerdo con los expertos, la clave para ahorrar no está en esperar a tener un sueldo más alto, sino en aprender a organizar los recursos actuales.

Uno de los principales desafíos es que los gastos fijos, como arriendo, alimentación, transporte y servicios, consumen una gran parte del ingreso mensual. Por eso, antes de intentar ahorrar, es fundamental conocer con precisión cuánto y en qué se gasta cada peso.

Aquí te contamos cómo aplicar estrategias sencillas para empezar a ahorrar, incluso si tu presupuesto es ajustado.

Ahorro
Cómo ahorrar si ganas el salario mínimo. Foto: Pexels.
La regla 70/20/10: una guía para organizar el presupuesto

Un método ampliamente recomendado para distribuir los ingresos es la llamada regla 70/20/10, que consiste en destinar el 70% de los ingresos a cubrir necesidades básicas, el 20% para gastos personales y el 10% para el ahorro.

Aunque puede parecer complicado seguir esta fórmula con un salario mínimo, se trata más de un objetivo gradual que de una obligación inmediata. Lo importante es acostumbrarse a separar una porción del ingreso para el ahorro, aunque al principio sea menor al 10%.

Por ejemplo, si después de cubrir los gastos básicos queda un pequeño margen, ese dinero debería guardarse en lugar de gastarse en consumos impulsivos. Con disciplina, esa cantidad se irá acumulando y permitirá enfrentar imprevistos sin endeudarse.

Lo esencial es no perder de vista la meta: tener un fondo que brinde tranquilidad y seguridad ante situaciones inesperadas, como una enfermedad o la pérdida temporal de ingresos.

Identificar y recortar gastos innecesarios

Para lograr ahorrar con un salario mínimo, es fundamental revisar a detalle todos los gastos y clasificar cuáles son indispensables y cuáles pueden reducirse o eliminarse. A menudo, pequeños hábitos como comer fuera con frecuencia, comprar productos innecesarios o contratar servicios que no se utilizan, pueden restar capacidad de ahorro.

Elaborar un presupuesto mensual ayuda a visualizar mejor estas oportunidades de ajuste. Por ejemplo, se pueden buscar alternativas más económicas para servicios de internet y telefonía, optar por transporte público en lugar de taxis o recortar salidas a lugares costosos.

Además, es conveniente establecer un límite para los gastos variables, es decir, aquellos que no son esenciales y que suelen aumentar sin que uno lo note. Aquí la disciplina juega un papel clave para evitar que el dinero se “escape” en pequeñas compras.

Estos cambios, aunque parecen mínimos, permiten liberar recursos que pueden destinarse al ahorro sin comprometer las necesidades básicas.

Generar ingresos adicionales: una alternativa viable

Otra estrategia para fortalecer el ahorro es buscar fuentes de ingreso complementarias. Actualmente existen muchas opciones, como realizar trabajos por encargo, ofrecer servicios a domicilio, vender productos en línea o aprovechar habilidades personales para generar dinero extra.

Incluso actividades realizadas durante el tiempo libre pueden convertirse en un ingreso adicional que se sume al salario principal. Lo importante es que estos recursos adicionales no se destinen a aumentar el consumo, sino a engrosar el ‘colchón’ financiero.

También es buena idea destinar cualquier ingreso extraordinario, como bonificaciones o regalos en efectivo, directamente al ahorro. Este tipo de entradas suelen perderse rápidamente en gastos pequeños si no se les da un propósito claro.

A largo plazo, generar ingresos extra no sólo ayuda a ahorrar más rápido, sino que también proporciona mayor estabilidad financiera.

Ahorrar aunque sea poco: la constancia es la clave

Uno de los errores más comunes es pensar que sólo se puede ahorrar cuando se tiene mucho dinero disponible. La realidad es que cualquier cantidad, por pequeña que sea, es útil si se ahorra de manera constante.

Incluso una cifra simbólica cada mes puede marcar la diferencia con el tiempo y convertirse en un fondo sólido para enfrentar emergencias. Lo importante es mantener la disciplina y no tocar ese dinero para gastos cotidianos.

Abrir una cuenta de ahorros separada o utilizar aplicaciones que ayuden a administrar las finanzas personales puede facilitar este proceso y evitar la tentación de gastar lo acumulado.

Con el tiempo, ese esfuerzo constante crea un hábito financiero saludable que impacta positivamente en la tranquilidad y calidad de vida.