Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas y uno de los empresarios más influyentes de México, ha convertido sus vehículos en símbolos de poder, estilo y sofisticación
El gusto de Ricardo Salinas por los autos de alta gama no es nuevo, pero ha cobrado notoriedad en redes sociales, donde comparte imágenes de sus adquisiciones con tono irónico y provocador.
En diciembre de 2022, Salinas Pliego sorprendió al mostrar su nuevo “juguete navideño”: un Mercedes-Benz GLS 600 Maybach, SUV de lujo que se ubica en la cima de la gama de la marca alemana. El vehículo, con un precio estimado de más de 4.6 millones de pesos, cuenta con blindaje personalizado, interiores en piel Nappa, sistema de sonido envolvente Burmester y climatización de cuatro zonas.
Este modelo está equipado con un motor V8 biturbo de 4.0 litros, capaz de generar 557 caballos de fuerza y acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4.9 segundos. Su velocidad máxima alcanza los 250 km/h, lo que lo convierte en una máquina de alto rendimiento, diseñada tanto para el confort como para la potencia.

Además del Mercedes, Salinas Pliego ha presumido otros vehículos de lujo, como una Alfa Romeo Tonale Ti, que regaló a uno de sus seguidores como parte de una dinámica en redes. El empresario incluso bromeó sobre el hecho de que el ganador podría haberla puesto en venta, afirmando que “la riqueza no es para todos”.
Su colección también incluye helicópteros privados, autos deportivos y camionetas blindadas, reflejo de una vida marcada por el lujo y la exclusividad. Cada publicación genera miles de reacciones, entre admiración, crítica y curiosidad por el estilo de vida del magnate.
Salinas Pliego ha defendido abiertamente su derecho a disfrutar de sus bienes, asegurando que todo lo que posee ha sido adquirido con recursos propios. En sus mensajes, suele contrastar su estilo de vida con el discurso de austeridad promovido por figuras políticas, lo que ha generado polémica en más de una ocasión.
Actualmente, el empresario ocupa el tercer lugar entre los más ricos de México, con una fortuna estimada en 10,900 millones de dólares, según Forbes. Su presencia en redes sociales, lejos de limitarse a temas empresariales, se ha convertido en una vitrina de poder, lujo y provocación.