Expertos advierten que, de aplicarse el arancel, los costos de producción se elevarían y muchas empresas podrían reconsiderar sus operaciones en el país.
La industria mexicana de vehículos pesados enfrenta su peor momento en lo que va del año. Durante septiembre, las exportaciones de camiones y tractocamiones cayeron 58% respecto al mismo mes de 2024, en medio de una creciente incertidumbre por el arancel del 25% que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció para las importaciones de este tipo de unidades a partir del 1 de noviembre de 2025.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en septiembre se exportaron 5,196 unidades, mientras que la producción nacional se desplomó 59%, con apenas 6,857 vehículos ensamblados. Las ventas al mayoreo también se vieron afectadas, con una caída del 55%, al colocarse solo 2,514 unidades en el mercado interno.
La Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) atribuyó este desplome a un entorno adverso, agravado por la amenaza del nuevo arancel estadounidense. Rogelio Arzate, presidente ejecutivo del organismo, señaló que aún se espera la publicación oficial de la orden ejecutiva para conocer los detalles técnicos, pero advirtió que cualquier medida arancelaria afectaría gravemente la integración comercial entre México y Estados Unidos. México es el principal exportador de vehículos pesados hacia Estados Unidos, con más del 94% de sus envíos dirigidos a ese país.
La industria nacional cumple con las reglas de origen del T-MEC, alcanzando un 64% de contenido regional, del cual 50% proviene de Estados Unidos, lo que refuerza el argumento de que el nuevo arancel podría romper cadenas de suministro profundamente interconectadas. Ante este panorama, el gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, inició negociaciones con Washington para evitar la aplicación del arancel.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, mantiene comunicación directa con su homólogo estadounidense y con el embajador de Tratados Comerciales. La mandataria no descarta una conversación directa con Trump si el diálogo técnico no logra frenar la medida.
La caída en exportaciones y producción no solo pone en riesgo miles de empleos en el sector automotriz, sino que también amenaza la competitividad de México como centro de manufactura regional.
