El esposo de Hannah, Daniel Neeleman, proviene de una familia multimillonaria
Hannah Neeleman, conocida en redes como Ballerina Farm, se ha convertido en una figura viral por su estilo de vida rural, su rol como madre de ocho hijos y su aparente renuncia a los lujos, a pesar de estar casada con Daniel Neeleman, heredero de una fortuna familiar ligada a la industria aérea.
Con más de 20 millones de seguidores en TikTok, Instagram y YouTube, su contenido mezcla ballet, crianza, cocina casera y vida en el campo, generando admiración y controversia en igual medida. La familia Neeleman vive en una granja de 328 acres en Utah, donde crían animales, cultivan alimentos y promueven una vida autosuficiente.
Aunque el estilo visual de sus publicaciones transmite una estética idílica, detrás hay una estructura empresarial sólida: Ballerina Farm es también una marca que vende carne, flores y productos para el hogar. Su éxito en redes ha convertido su vida cotidiana en un negocio rentable, aunque no se ha revelado una cifra exacta de ingresos.
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El esposo de Hannah, Daniel Neeleman, proviene de una familia multimillonaria. Su padre, David Neeleman, fundó aerolíneas como JetBlue, Azul y Breeze Airways, acumulando una fortuna superior a los 400 millones de dólares.
Aunque Daniel ha optado por un estilo de vida mormón y rural, muchos seguidores cuestionan por qué, teniendo acceso a grandes recursos, su esposa parece asumir sola las tareas domésticas, agrícolas y de crianza. Los lujos en la vida de Ballerina Farm no se manifiestan en viajes exóticos ni marcas ostentosas, sino en el acceso a tierra, tiempo y recursos para vivir una vida que muchos consideran privilegiada. Hannah ha competido en certámenes de belleza como Mrs. World, incluso apenas días después de dar a luz, y ha sido criticada por mostrar una imagen idealizada de la maternidad sin hablar abiertamente de sus desafíos físicos y emocionales.

En redes, Hannah aparece cocinando desde cero, ordeñando ovejas, enseñando ballet a sus hijos y decorando su hogar con flores cultivadas en su granja. Su estética “tradwife” —mujer tradicional— ha generado debate sobre los roles de género, especialmente porque ella misma ha declarado que no se identifica con ese término, aunque su contenido lo refuerce visualmente.
La polémica se intensificó cuando Hannah compartió que su esposo le regaló un delantal en lugar del viaje a Grecia que ella deseaba por su cumpleaños. Este gesto fue interpretado por muchos como una señal de control, y se sumó a las críticas sobre el hecho de que Hannah ha dado a luz sin epidural en cada uno de sus partos, por decisión compartida con su esposo.
A pesar de las críticas, Hannah ha hablado abiertamente sobre el agotamiento que implica su estilo de vida. Ha mencionado episodios de tristeza y cansancio extremo, aunque evita mostrarlos en sus publicaciones. Para algunos, esto genera expectativas poco realistas en otras mujeres, mientras que para sus seguidores más fieles, representa una inspiración de fortaleza y dedicación.