Martín Arellano Solorio dio seguimiento en redes sociales de la atención que recibió en el IMSS, lamentablemente, falleció
El periodista Martín Arellano Solorio, originario de Sinaloa, falleció este viernes tras sufrir un infarto, luego de documentar en tiempo real las deficiencias en la atención médica que recibió en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Su caso ha generado conmoción y reavivado el debate sobre la calidad de los servicios de salud pública en México.
El incidente comenzó el jueves 4 de septiembre, cuando Arellano reportó a través de su cuenta en X (antes Twitter) que presentaba síntomas de infarto, pero no podía solicitar ayuda mediante la aplicación oficial del IMSS. Según relató, la herramienta “Código infarto” únicamente mostraba la ubicación de clínicas sin ofrecer una vía directa para recibir asistencia inmediata.
En un mensaje dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y al director general del IMSS, Zoé Robledo, el periodista pidió ayuda urgente. Horas más tarde, informó que fue atendido y estabilizado en una unidad de la Cruz Roja, aunque señaló que el IMSS no había respondido adecuadamente a su emergencia.
Posteriormente, fue trasladado a un hospital del IMSS en Mazatlán, donde, de acuerdo con su relato, permaneció en una camilla en el pasillo mientras esperaba atención médica especializada. A las 17:53 horas, compartió un breve video desde esa área, señalando que su estado era “urgente”. Esa fue su última publicación.
Denuncias que se Volvieron Testimonio
La serie de publicaciones de Martín Arellano puso en evidencia las limitaciones del sistema de atención de emergencias del IMSS, especialmente para pacientes que requieren asistencia inmediata. Su testimonio generó reacciones de usuarios en redes sociales, quienes compartieron experiencias similares y criticaron la falta de protocolos efectivos.

Arellano, reconocido por su trabajo crítico y por exponer casos de corrupción y negligencia institucional, convirtió sus últimos mensajes en una denuncia pública que ha generado eco en diversos sectores. Su caso es visto ahora como un símbolo de la necesidad de revisar y reforzar los servicios de urgencias en clínicas y hospitales.
La Coordinación del IMSS en Sinaloa no ha emitido un comunicado detallado sobre lo ocurrido, aunque se espera que en los próximos días se dé a conocer un informe oficial sobre la atención que recibió el comunicador antes de su fallecimiento.
Mientras tanto, diversos colectivos periodísticos han pedido que este hecho sea investigado y que se mejore la infraestructura hospitalaria para evitar que tragedias similares se repitan.
Reacciones del Gremio Periodístico
La partida de Martín Arellano provocó múltiples muestras de solidaridad en redes sociales. Guadalupe Lizárraga, periodista y colega cercano, expresó que Arellano fue “más que un periodista: fue un aliado, un amigo y un ser humano solidario, cuya integridad no se doblegaba ante el poder”.
Por su parte, el analista político Abraham Mendieta recordó al comunicador como alguien “comprometido, de izquierda y sensible a las injusticias”, asegurando que su legado permanecerá en la memoria de quienes lo conocieron y compartieron espacios de debate con él.
Varios periodistas y medios de comunicación han destacado la relevancia de su trabajo en temas de transparencia y derechos humanos, así como su disposición a visibilizar las fallas de instituciones públicas, aun cuando ello representaba riesgos personales.
Estas expresiones de apoyo se suman a la exigencia de esclarecer las circunstancias de su atención médica y determinar si hubo omisiones que pudieron incidir en el desenlace fatal.
El Debate Sobre el IMSS y su Capacidad de Respuesta
El caso de Arellano reaviva una discusión constante: la capacidad de respuesta del IMSS en casos de urgencia. La herramienta “Código infarto”, que debería ser una vía rápida para canalizar a pacientes con síntomas cardíacos, quedó evidenciada como insuficiente, al ofrecer únicamente la ubicación de clínicas y no un canal de asistencia inmediata.
Expertos en salud señalan que esta situación refleja una brecha tecnológica y operativa en el sistema de emergencias, donde la falta de integración entre aplicaciones móviles, ambulancias y hospitales provoca retrasos que pueden ser mortales.
La Secretaría de Salud y el IMSS han prometido en ocasiones anteriores mejorar la infraestructura y los procesos de atención, pero las denuncias por carencias de personal, medicamentos y equipo especializado persisten en diversas entidades, incluida Sinaloa.
El fallecimiento de un periodista que documentó su propia experiencia agrava la percepción de desatención y podría impulsar nuevas revisiones en las estrategias del IMSS Bienestar y los servicios de emergencia.
Contexto: Reformas y Promesas en Curso
En paralelo a esta tragedia, la administración federal ha anunciado inversiones para consolidar el IMSS Bienestar, un modelo que busca ampliar la cobertura y mejorar la calidad del servicio. De acuerdo con recientes declaraciones, se destinarán 21 mil millones de pesos de manera gradual para reforzar hospitales y clínicas en todo el país.
Sin embargo, los usuarios y especialistas advierten que la inversión no es suficiente si no se acompaña de una estrategia integral que incluya capacitación médica, atención oportuna y sistemas de respuesta inmediata para emergencias como los infartos.
El fallecimiento de Arellano coincide con una etapa de transición y evaluación en el sector salud, donde la confianza de la población se encuentra dividida ante los contrastes entre promesas oficiales y la experiencia cotidiana de los derechohabientes.
Este caso se suma a otros recientes en los que se cuestiona la capacidad del IMSS para atender con rapidez y eficacia, especialmente en estados con alta demanda y recursos limitados.
Un Llamado a la Mejora y la Transparencia
El fallecimiento de Martín Arellano Solorio deja una huella en el periodismo sinaloense y un llamado urgente a revisar los protocolos de atención del IMSS. Su decisión de compartir su experiencia, incluso en una situación crítica, ha abierto un espacio de discusión que trasciende su caso personal.
Colectivos ciudadanos han comenzado a exigir transparencia en el manejo de emergencias médicas y a plantear la necesidad de crear canales efectivos de denuncia para los derechohabientes. La propuesta incluye fortalecer la coordinación con servicios como la Cruz Roja y ampliar la disponibilidad de recursos en hospitales públicos.
El legado de Arellano podría convertirse en un punto de inflexión para que autoridades y sociedad civil trabajen en conjunto hacia un sistema de salud más humano, eficaz y responsable.
Mientras tanto, su partida recuerda la importancia de escuchar las voces que, aun en sus últimos momentos, se atrevieron a señalar lo que muchos viven en silencio: la falta de atención oportuna que puede costar vidas.
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