¿Quién tiene más?, te compartimos las propiedades de Alito Moreno y Gerardo Fernández Noroña que se encuentran en sus declaraciones públicas
El reciente enfrentamiento entre Alejandro “Alito” Moreno, líder nacional del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, presidente saliente del Senado, ha reavivado la polémica sobre las propiedades que ambos han declarado a lo largo de su carrera política. Más allá de las agresiones que intercambiaron en la Cámara Alta, los documentos patrimoniales muestran una radiografía de su riqueza inmobiliaria, misma que ha sido cuestionada por sus opositores y revisada por las autoridades en distintas ocasiones.
De acuerdo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas, ambos senadores están obligados a presentar su declaración patrimonial y de intereses, en la que deben detallar sus bienes inmuebles y otros activos. En el caso de Moreno, los registros oficiales indican que en 2015 adquirió una propiedad valuada en 180,000 pesos y en 2020 otra por 2.1 millones de pesos. No obstante, documentos posteriores revelan inmuebles de mayor valor, incluyendo dos casas en Campeche con costos de 2.5 y 7.2 millones de pesos, respectivamente.
La controversia sobre “Alito” se intensificó cuando se investigó una residencia en Lomas del Castillo, Campeche, valuada en 300 millones de pesos. Esta propiedad, que cuenta con lujos como vestíbulos de mármol, sala de cine, bar temático y piezas artísticas superiores a 50 millones de pesos, fue cateada por la fiscalía estatal para indagar su origen y los materiales utilizados en su construcción. El político ha sido señalado por presunto enriquecimiento ilícito durante su gestión como gobernador de Campeche entre 2015 y 2019.
Por su parte, Fernández Noroña declaró haber adquirido en noviembre de 2024 una casa en Tepoztlán, Morelos, de 1,201 metros cuadrados de terreno y 259 metros de construcción, con un valor de 12 millones de pesos. La compra se realizó mediante un crédito hipotecario, según su declaración, y el legislador ha asegurado públicamente que todos sus bienes han sido adquiridos gracias a su trabajo, rechazando cualquier vínculo con actividades ilícitas o financiamiento irregular.
Ambos políticos han utilizado sus declaraciones patrimoniales como arma en medio de la confrontación mediática y legislativa. Moreno acusó a Noroña de ser un “vividor profesional” que presume austeridad mientras vive en una mansión, mientras que el senador respondió de forma irónica asegurando que “Alito” no posee nada y que vive prácticamente sin bienes. Estas declaraciones han puesto nuevamente sobre la mesa el debate sobre la transparencia patrimonial en la clase política mexicana.
Aunque las cifras oficiales muestran diferencias notables en las propiedades de cada uno, las investigaciones y los señalamientos sobre su origen continúan. Mientras tanto, la ciudadanía exige mayor claridad y rendición de cuentas, pues el valor de las propiedades y los lujos asociados contrastan con el discurso de austeridad que ambos han promovido en distintos momentos de su trayectoria política.
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