El nuevo hogar de Kate Middleton se hizo tendencia y su precio no es nada modesto
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate Middleton, se preparan para mudarse a Forest Lodge, una mansión georgiana de tres pisos en Windsor que promete convertirse en su “hogar definitivo”. Esta decisión marca el fin de su estancia en Adelaide Cottage, donde se instalaron en 2022 para estar cerca de la reina Isabel II durante sus últimos meses de vida. La familia prevé realizar la mudanza a finales de 2025.
La nueva residencia cuenta con ocho habitaciones, seis baños, un salón de baile con lámparas de araña, pista de tenis, estanque privado y extensos jardines, lo que la convierte en una propiedad de mayor tamaño y comodidad en comparación con su vivienda actual. Su cercanía al colegio de sus hijos también influyó en la elección, pues permitirá acortar el trayecto diario.
Según medios británicos como The Times y The Telegraph, la mudanza busca ofrecer un nuevo comienzo a la familia tras años marcados por el fallecimiento de Isabel II y los diagnósticos de cáncer tanto de Kate como del rey Carlos III. Forest Lodge representaría un espacio de estabilidad para los príncipes y sus tres hijos: Jorge, Carlota y Luis.
La vivienda, perteneciente al The Crown Estate, será habitada en régimen de alquiler. De acuerdo con fuentes cercanas a palacio, la pareja pagará una renta a precio de mercado, además de financiar las renovaciones que ya están en marcha en esta mansión catalogada como patrimonio histórico.
Un hogar con historia y valor millonario
Forest Lodge fue construida en 1770 y está reconocida como monumento de interés arquitectónico en Reino Unido. Su última remodelación se realizó hace 24 años con un costo de 1,5 millones de libras. En aquel momento, la propiedad estaba valorada en 5,5 millones, pero hoy en día se estima que su precio ronda los 16 millones de libras (18,5 millones de euros).
Aunque la cifra es significativa, Forest Lodge aún queda muy por debajo de otras residencias reales, como el Royal Lodge del príncipe Andrés, que dispone de 31 habitaciones. Sin embargo, para Guillermo y Kate, el tamaño más reducido encaja con su estilo de vida, en el que no planean contar con personal residente permanente.
La mudanza también refleja un cambio en la manera en que los herederos al trono piensan habitar las residencias reales. De concretarse, Guillermo se convertiría en el primer monarca británico en siglos en no vivir en un palacio o castillo tras su ascenso al trono.
El enfoque de la pareja parece ser mantener un hogar familiar más cercano a la vida cotidiana, sin renunciar a la majestuosidad que caracteriza a las propiedades de la realeza británica.
De Kensington a Windsor: una transición en etapas
En 2022, los príncipes dejaron el palacio de Kensington, en Londres, para mudarse a Adelaide Cottage, con la intención de estar cerca de la reina Isabel II. Ese traslado fue visto como una etapa de prueba para determinar si Windsor funcionaba como la base adecuada para la familia.
Tres años después, Guillermo y Kate aseguran estar plenamente instalados en la localidad, donde sus hijos asisten a la escuela preparatoria Lambrook. El nuevo hogar reducirá aún más el trayecto escolar, al pasar de 20 a solo 10 minutos de camino.
De acuerdo con fuentes de The Telegraph, los príncipes consideran esta mudanza como la oportunidad de iniciar un capítulo renovado, dejando atrás recuerdos dolorosos vinculados a los últimos años de la monarca y a las tensiones familiares con el príncipe Enrique y Meghan Markle.
Este paso consolida la vida de los príncipes de Gales en Windsor, un lugar que ha ganado protagonismo dentro de la familia real tras la remodelación millonaria del Palacio de Buckingham, que se extenderá hasta 2027.
Forest Lodge: un símbolo de estabilidad
La elección de Forest Lodge no es solo una cuestión de comodidad o cercanía. Fuentes cercanas a la familia señalan que representa un refugio emocional para Kate Middleton y el príncipe Guillermo, tras los desafíos personales y de salud que han enfrentado en los últimos años.
Los tres hijos de la pareja también se han adaptado a la vida en Windsor. Jorge, Carlota y Luis disfrutan de mayor privacidad y de un entorno más tranquilo en comparación con la vida urbana en Londres, lo que ha sido decisivo para la elección del nuevo hogar.
La pareja financiará directamente las renovaciones de la mansión, lo que garantiza que la residencia se adapte a sus necesidades a largo plazo. La decisión también reafirma su deseo de vivir con un perfil más sencillo dentro de los parámetros de la realeza británica.
Forest Lodge, con su valor histórico y patrimonial, ofrece un equilibrio entre tradición y modernidad, convirtiéndose en la apuesta definitiva de los príncipes para consolidar su vida familiar.
Un nuevo capítulo para los príncipes de Gales
La mudanza a Forest Lodge llega en un momento clave para la familia real británica. Guillermo, como heredero al trono, afronta la responsabilidad de preparar su futuro reinado, mientras Kate Middleton continúa su recuperación tras los tratamientos médicos a los que ha sido sometida.
Este cambio de residencia busca ofrecer un entorno de estabilidad y cercanía, tanto en lo personal como en lo familiar. La decisión de dejar Adelaide Cottage atrás responde a la necesidad de avanzar hacia una etapa menos marcada por pérdidas y polémicas.
La escuela Lambrook seguirá siendo el centro de la vida académica de sus hijos, lo que mantiene la rutina familiar en un contexto más favorable y accesible.
Con Forest Lodge, los príncipes de Gales buscan no solo un nuevo hogar, sino también un símbolo de continuidad y esperanza dentro de la Casa Windsor.
Valor y proyección de la residencia real
El traslado de los príncipes de Gales a Forest Lodge no solo tiene un valor económico, sino también simbólico para la monarquía. En un momento de modernización y replanteamiento de los roles reales, la elección de una mansión menos ostentosa en comparación con palacios tradicionales proyecta una imagen más cercana y familiar.
La valoración actual de la propiedad, cercana a los 16 millones de libras, pone de relieve la exclusividad de la residencia, aunque en términos reales sigue siendo más modesta que otros inmuebles de la familia.
Mientras el Palacio de Buckingham continúa en remodelación, Windsor se consolida como el epicentro de la vida institucional y privada de la realeza. Las visitas de Estado se realizarán ahí al menos hasta 2027, reforzando la relevancia de este entorno para los príncipes.
Forest Lodge, con su historia, amplitud y ubicación estratégica, se perfila como el escenario en el que Guillermo y Kate Middleton construyan los próximos capítulos de su vida personal y, eventualmente, de su futuro como reyes del Reino Unido.
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