¡A las redes sociales no se les escapa nada y captaron al ministro Hugo Aguilar Ortiz portando unos elegantes zapatos Ferragamo
En las últimas horas, las redes sociales se encendieron tras un comentario crítico del usuario José Díaz Machuca dirigido al ministro Hugo Aguilar Ortiz. Díaz Machuca expresó su asombro al ver que el funcionario, quien ha defendido públicamente la vestimenta indígena tradicional como símbolo de inclusión, combinaba este atuendo con unos lujosos zapatos Ferragamo valuados en aproximadamente 17 mil pesos. La publicación generó un intenso debate sobre congruencia y simbolismo en la esfera pública.
El comentario puntualizó: “Así como quiere usar vestimenta indígena tradicional, en lugar de zapatos Ferragamo, ¿no debería también calzar huaraches de cuero? O ya de perdida, las botas de Guanajuato o los botines de Naolinco”. La comparación entre los huaraches y los exclusivos zapatos italianos cuestiona no solo las decisiones estéticas del ministro, sino también el trasfondo de su discurso.
Hugo Aguilar Ortiz ha sostenido en varias ocasiones que usar la toga en su función como ministro es una práctica elitista y que, por ello, prefiere acudir a actos oficiales con indumentaria tradicional indígena. Sin embargo, su elección de calzado ha puesto en entredicho la coherencia de su postura, al optar por una marca de lujo mientras critica símbolos occidentales de poder.
Este episodio pone de relieve la creciente atención que recibe la imagen pública de los funcionarios, especialmente cuando intentan proyectar un mensaje de cercanía con las comunidades y valores locales. La discrepancia entre sus palabras y acciones no pasó desapercibida para los usuarios de las redes sociales, que no tardaron en viralizar la crítica.

El significado de la vestimenta indígena
Para muchas comunidades, la vestimenta indígena no es solo ropa, sino una declaración de identidad cultural y resistencia histórica. En ese sentido, la adopción de estos trajes por figuras públicas como Hugo Aguilar Ortiz ha sido vista por algunos como un gesto de reconocimiento. Sin embargo, otros sostienen que usarla sin respetar el contexto o con fines meramente simbólicos resulta superficial.
Las palabras de Díaz Machuca apuntan precisamente a esa tensión: si el objetivo es dignificar la tradición, ¿por qué acompañarla con un elemento ajeno a la cultura indígena como unos zapatos Ferragamo? En México, huaraches de cuero y botas artesanales son ejemplos de calzado típicamente asociados con la identidad popular y campesina.
El contraste no solo es estético, sino también económico. Mientras que un par de huaraches hechos a mano puede costar entre 300 y 800 pesos, los zapatos elegidos por el ministro tienen un valor cercano al salario mensual de muchos mexicanos. Este dato alimentó las críticas sobre la autenticidad del mensaje que intenta comunicar.
Para algunos analistas, el caso ilustra cómo los símbolos culturales pueden perder fuerza cuando se combinan con accesorios que contradicen su espíritu. La congruencia entre el discurso y las acciones resulta clave para generar confianza y credibilidad en la sociedad.
El elitismo de la toga y el lujo de los Ferragamo
Desde que asumió su cargo, Aguilar Ortiz ha insistido en que la toga judicial representa un estatus excluyente, propio de las élites jurídicas. Por eso, optó por vestir ropa tradicional como una manera de acercarse al pueblo y romper con los formalismos que, a su juicio, distancian a las autoridades de la ciudadanía.
No obstante, sus zapatos Ferragamo parecen enviar un mensaje opuesto: lujo, exclusividad y estatus económico. Esta contradicción fue rápidamente señalada por internautas, quienes recordaron que las acciones hablan más que las palabras. En plataformas como X (antes Twitter), su nombre se convirtió en tendencia nacional tras la publicación de Díaz Machuca.
Las críticas también tocaron el tema del gasto público, ya que algunos usuarios preguntaron si los zapatos habían sido adquiridos con recursos propios o como parte de viáticos institucionales. Aunque no hay evidencia de que se haya utilizado dinero público, la sola percepción generó desconfianza y exigencias de transparencia.
El propio ministro no ha respondido de manera directa a las críticas, aunque allegados han señalado que su intención siempre ha sido dar visibilidad a las raíces culturales del país, sin que ello signifique renunciar a su estilo personal. Sin embargo, el silencio oficial ante la polémica parece haber dejado el debate en manos de la opinión pública.
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