El Lamborghini Huracán Evo, uno de los modelos más accesibles, tiene un precio estimado entre 7 y 9 millones de pesos
México.- En 2025, los vehículos Lamborghini siguen siendo sinónimo de lujo, velocidad y diseño extremo, solo famosos, deportistas y millonarios los usan.
Tener un Lamborghini en tu cochera no solo implica poder adquisitivo, sino también entrar a un universo de personalización, tecnología y exclusividad. Desde el icónico Huracán Evo hasta el nuevo híbrido Temerario, los precios varían según el modelo, y los impuestos aplicables en México.
El Lamborghini Huracán Evo, uno de los modelos más accesibles, tiene un precio estimado entre 7 y 9 millones de pesos. Este superdeportivo con motor V10 acelera de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos, combinando aerodinámica agresiva con un diseño que sigue robando miradas. Por otro lado, el Urus, el SUV de la marca, cuesta entre 6.5 y 8 millones de pesos, ideal para quienes buscan potencia con un toque familiar.

Para quienes buscan lo máximo en estilo y rendimiento, el Aventador SVJ se posiciona como uno de los más exclusivos, con precios que van de 12 a 15 millones de pesos. Su motor V12 genera más de 770 caballos de fuerza, convirtiéndolo en una máquina de velocidad y presencia. Pero la gran novedad de este año es el Lamborghini Temerario, un híbrido enchufable con 920 caballos de fuerza, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2.7 segundos.

El Temerario representa el futuro: un superdeportivo con motor V8 biturbo y tres motores eléctricos, que alcanza una velocidad máxima de 343 km/h. Aunque su precio oficial aún no se ha confirmado, se estima que supere los 10 millones de pesos, dependiendo de la configuración y los paquetes opcionales como el “Alleggerita”, que reduce peso y mejora la aerodinámica.

Además del precio base, adquirir un Lamborghini implica otros gastos importantes. La personalización puede elevar el costo significativamente, con más de 400 combinaciones de colores, interiores en fibra de carbono, cuero o alcántara, y sistemas multimedia de última generación. También hay que considerar los impuestos, como el IVA, el ISAN y los aranceles de importación, que pueden variar según el tipo de cambio.