México crea la Comisión Nacional Antimonopolio: qué cambia

Cámara de Diputados

Este miércoles ha dado mucho de qué hablar el hecho de la creación de la Comisión Nacional Antimonopolio

Este nuevo ente público descentralizado estará sectorizado a la Secretaría de Economía y contará con personalidad jurídica, autonomía técnica y patrimonial. Su objetivo será garantizar la libre concurrencia en todos los mercados, así como investigar y sancionar prácticas monopólicas o concentraciones que afecten la competencia.

La creación de esta comisión se alinea con la reforma constitucional en materia de simplificación orgánica publicada en diciembre de 2024. Su estructura estará integrada por cinco comisionados, incluyendo un presidente, quienes serán nombrados por el Ejecutivo y ratificados por el Senado.

Desde la oposición, particularmente el Partido Acción Nacional (PAN), se levantaron críticas sobre la subordinación del organismo al Ejecutivo Federal, argumentando que ello podría comprometer su independencia y capacidad sancionadora.

México crea la Comisión Nacional Antimonopolio: qué cambia. Foto: Pexels.
Funciones clave: supervisión, sanción y asesoría al Ejecutivo

La Comisión Nacional Antimonopolio asumirá funciones amplias que incluyen la práctica de visitas de verificación, la solicitud de información a empresas mediante medios físicos y digitales, así como la inspección directa de operaciones sospechosas en mercados estratégicos.

Además, la comisión podrá emitir opiniones al Ejecutivo respecto a proyectos de ley o disposiciones administrativas que puedan afectar la competencia. Aunque estas opiniones no serán vinculantes, representan una herramienta técnica para prevenir distorsiones en el mercado desde el ámbito legislativo o regulatorio.

También tendrá capacidad de suspender actos que considere constitutivos de prácticas prohibidas, y podrá solicitar el uso de la fuerza pública para garantizar el cumplimiento de sus atribuciones, especialmente en casos de resistencia empresarial o barreras de entrada.

Este rediseño institucional refuerza la rectoría del Estado en el ámbito económico, con una visión más proactiva en la detección e intervención ante prácticas que perjudiquen a los consumidores o limiten la competencia.

Telecomunicaciones y medios, bajo lupa

Uno de los aspectos más relevantes de la nueva comisión será su injerencia en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, donde revisará posibles monopolios y determinará la existencia de condiciones de competencia efectiva.

Se espera que la comisión evalúe la concentración de frecuencias, la propiedad cruzada de medios y el concesionamiento excesivo en zonas geográficas clave. Si se detecta una posición dominante que afecte la libre concurrencia, podrá imponer medidas para limitarla o revertirla.

Entre las acciones que podrá tomar están: declarar agentes económicos preponderantes, modificar obligaciones regulatorias y aplicar sanciones si se incumplen los lineamientos establecidos por la ley.

Esto marca un giro importante en la vigilancia de medios, pues también se buscará evitar que un mismo grupo controle simultáneamente radiodifusoras y empresas de telecomunicaciones en un mismo mercado.

Una nueva arquitectura institucional con implicaciones políticas

Aunque el enfoque técnico de la comisión busca fortalecer los principios de mercado, su diseño ha sido criticado por algunos sectores por concentrar facultades en el Ejecutivo. La diputada panista María Angélica Granados expresó que esta estructura podría vulnerar la imparcialidad en los procesos de investigación y sanción.

En contraste, los legisladores de la mayoría oficialista argumentan que el modelo anterior fue ineficiente y capturado por intereses privados, y que el nuevo formato permitirá mayor agilidad y coordinación con la Secretaría de Economía.

La implementación de esta reforma representa un cambio de paradigma: el Estado asume un rol más activo en la vigilancia de mercados, pero también mayor responsabilidad en garantizar la transparencia y objetividad de sus decisiones.

El reto será mantener la independencia técnica en las investigaciones, incluso bajo una figura que, formalmente, responde al Ejecutivo federal.

Impacto para consumidores, empresas y el ecosistema digital

Para los consumidores, esta reforma podría traducirse en mejores precios, mayor oferta y menores barreras de entrada en distintos sectores, si la comisión logra frenar prácticas monopólicas de forma efectiva.

Para las empresas, en especial las de gran tamaño o con posiciones dominantes, representará una vigilancia más estricta. Tendrán que cumplir con nuevas obligaciones y ajustarse a un entorno con reglas más claras, pero también más fiscalizado.

En el sector digital, donde grandes plataformas tecnológicas concentran cada vez más servicios, también se abre la posibilidad de intervenir en casos de abuso de posición dominante o control de datos sensibles.

La Comisión Nacional Antimonopolio se perfila así como un instrumento clave en la reconfiguración del modelo económico mexicano, donde la competencia no sea solo un ideal, sino una política pública concreta y eficaz.

Una reforma que marcará los próximos años

Con su aprobación, la Comisión Nacional Antimonopolio se convierte en uno de los ejes centrales de la política económica de la nueva administración federal. Su éxito dependerá no solo del marco legal que la respalda, sino de la voluntad política para ejercerla sin sesgos ni presiones externas.

A medida que se implementen sus funciones, será necesario un seguimiento puntual desde medios, academia y sociedad civil para garantizar que, más allá del discurso, se cumpla el objetivo de crear un mercado más justo, abierto y competitivo para todos.