Las promesas de la presidenta de México no se han cumplido
El costo de la canasta básica alimentaria en México registró un aumento en noviembre, incluso durante la temporada de descuentos que caracteriza a ese mes. De acuerdo con las Líneas de Pobreza publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el incremento se observó tanto en zonas urbanas como rurales, lo que refleja un impacto generalizado en los hogares.
En las ciudades, cubrir una canasta básica alimentaria requirió 2,462 pesos, cifra que representa un aumento anual de 4.39%, superior a la inflación de 3.80% reportada en el mismo periodo. Aunque el alza mensual fue menor, de apenas 0.5%, la tendencia confirma que los precios de los productos esenciales continúan presionando la economía familiar.
En las zonas rurales, donde los ingresos suelen ser más bajos, también se registraron incrementos. El costo de la canasta básica se elevó en proporciones similares, lo que significa que las familias campesinas enfrentan mayores dificultades para acceder a los alimentos indispensables. Este fenómeno amplía la brecha de desigualdad y pone en riesgo la seguridad alimentaria de miles de hogares.

El aumento contrasta con las declaraciones de la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, había asegurado que no habría incrementos en la canasta básica durante este año. La realidad muestra que, pese a las promesas de estabilidad, los precios continúan al alza, impulsados por factores como el encarecimiento de insumos, transporte y la presión inflacionaria global.
Expertos señalan que la temporada de descuentos, como el Buen Fin, no logró contener el alza en los productos esenciales. Si bien algunos artículos de consumo general bajaron de precio, los alimentos básicos como maíz, frijol, huevo y carne mantuvieron incrementos que impactaron directamente en el cálculo de la canasta.
El Inegi advierte que este comportamiento debe ser monitoreado de cerca, ya que un aumento sostenido en la canasta básica puede traducirse en un mayor número de personas en condición de pobreza alimentaria. El hecho de que el incremento anual supere la inflación es una señal de alerta para las autoridades encargadas de garantizar el acceso a los alimentos.
Organizaciones sociales han comenzado a exigir medidas más contundentes para frenar el encarecimiento de los productos básicos. Entre las propuestas se encuentran subsidios focalizados, apoyo a productores locales y un mayor control en la cadena de distribución, con el fin de evitar abusos en los precios.



